Willy Peter…
No tuve la suerte de la Monja…
Fui otra niña más violada, abierta y quemada.
Mientras los que no debían se reían
Y mi madre ignoraba…
Mama
Escuché que los suicidas se torturan después de la muerte.
Por favor, ore para que yo tampoco sea torturada allí…
Y diga esta oración para mis violadores,
Lea sobre una vela. La vela debe apagarse por completo.
Señor ayuda, Señor bendiga
Porque dijiste: “¿Quién tomará la espada?
Morirá a espada”.
En un campo donde la tierra no está arada,
No siembran centeno, no cosechan los frutos,
Hay una tumba olvidada.
¡Terremoto! ¡Ataúd, abierto!
Sal del ataúd el miedo, la dolencia,
Aplicar con aguja, cuchillo, hacha, clavo.
Todo lo que es afilado, todo lo que bruscamente corta,
Sois fuerzas graves, os libero.
Ir a encontrarte
Con los abusadores y violadores.
Perfora sus ojos,
Que no respiren aire,
Como un muerto no respira en su tumba,
Que se asfixien, se retuerzan,
Deja que sus heces salgan de su boca,
Y luego viceversa de nuevo.
Sufrirán, no conocieron el resto del dolor.
No comieron, no durmieron, no levantaron la mano.
La pierna no se doblaría.
Sacudirlos, apuñalarlos, ejecutarlos.
Como el Señor no perdonó a Judas,
así que no dejes ir a los violadores.
Atorméntalos, destrúyelos.
Flujo hacia ellos en los huesos y el mal de ojo,
Tomaré las llaves del ataúd.
Bloqueo mis palabras, para que nadie olvide mi conjuro
No se abrirá, ni soplarán con un viento violento,
la madera del ataúd no interrumpirá estas palabras.
En memoria de Paola Guzmán