Cuando estás muerto, estás muerto.
Cuando ya no te ríes, ya no vives.
Cuando se haya cortado la cuerda,
ponme en el cubo de la basura.
Déjame estar por un mes…
Y a partir de ahí, tírame al gato,
que rechaza mi bazo y mi hígado,
pero elige el momento para comerme el corazón.
Que aún me quede contigo,
sobre tus hombros y rodillas.
Esa soy yo, porque tenemos que existir…
Como el gato del café de los artistas.
Y si se acaba el pan,
estaré allí y no lo dudes.
Me romperé las patas y el cuello,
y luego me comerá hasta el gato.
No será la primera vez
que nos habremos comido un artista.
Cuando estás muerto, estás muerto.
Cuando no te ríes, ya no vives.
Cuando se corte la cuerda
lo ponemos en un cubo de basura…
Y luego se olvidaron allí,
como se olvidaron del gato,
como olvidarán de mi cabeza y mis letras.
No será la última vez,
que se olvidarán de un artista,
Cuando estamos muertos, es porque estamos muertos.
Cuando ya no nos reímos, es porque ya no vivimos.
Cuando se haya cortado la cuerda,
lo ponemos todo en un cubo de basura,
y luego nos olvidarán allí…
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