Sensibilidad

Esta ternura es tan palpable,
está llena de signos materiales.
Y la ternura toma apariencia
y se encarna en un objeto.

Un jarrón antiguo de repente
nacerá en el borde de la mesa,
y usted se inclinará sorprendida
sobre un charco de vidrio limpio.

A su alrededor sonará la alarma
y todos quedarán asombrados.

¿De dónde salió el jarrón?
—le preguntarás estrictamente a tu novia.
Y el anticuario pregunta: —¿La vende?
—Oh, no le reproches a tu novia.
Yo solo río y lloro
y vivo en la distancia.

Y mis lágrimas son tan vidriosas,
que sus caídas son pesadas,
tintinean como vasos
rotos en medio del silencio.

Porque no puedo verte,
pero se puede ver:
durante media hora,
yo realizo estos milagros de manera
inofensiva e inocente.

De repente te cubrirá una nube,
como es costumbre en las alturas.
Gritarás: – ¡No tengo paz!
¿De dónde vino esta nube?

Pero supersticiosamente, como una campesina,
no tengas miedo, no digas “Ay”,
serán entonces los cristales de mi ternura
posados sobre tus hombros.

Hice conjuros casuales y gentilmente
al margen,
se formó algo,
recordándome.

Pero por el hábito de las buenas bestias,
una vez más jugando con este poder,
los salvaré de los desastres
y así me consolaré a mí misma
hasta el contento de mi corazón.

¡Adiós! ¡Y ponte manos a la obra!
Mi juego será olvidado.
Pero cuentos de hadas para tus niños pequeños
quedarán después de mí.

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