No más que perder
De alguna forma extraña convertiste
tu mundo escaso en núcleo del mío,
siguió mi ruta errónea lo umbrío,
perdido el libre arbitrio, me dijiste:
«¡Seremos cielo y mar!», — dogmatizando.
Absurdo ver, creer que somos dos
en todo el mundo, solo dos, sin Dios.
¡Arrastre y lleve!. Y va reprogramando…
¡Arrastre y lleve todo!, no es el centro.
¡Arrastre fuera, calle y de las llaves!.
¡Ya no me llame!, ¡llévese sus naves!.
¡El mundo entero no se pierda adentro!…
De alguna forma rápida en mi mente
penetra dudas, juicio, hasta el sueño.
¡Arrastre fuera y pare!, ¡no es mi dueño!.
Y no, ya nunca vuelva, solo miente.