Piedra en el corazón
Agradezco no leer en voz alta las Letras iniciales del Demonio D.- y del Ángel Á.- porque interrumpen el ritmo del soneto. Existen para dar el sentido del diálogo, una guía de la dialéctica.
D.— ¿Brillarían las sombras de mi mundo?
Á.— El pasado se obstina en empañarlo.
D.—¿Y persiste la piedra con cuidarlo?
Á.— En el centro, ya fijo en lo profundo…
D.— Tu sentencia es de modo tan rotundo,
¿contenerlo imposible es acabarlo?
Á.— Encontrado en bolsillo es agenciarlo,
por destino en el centro vagabundo…
D.— Convertida la piedra de amargores,
calentando con lágrimas el centro,
¿vivirá la esperanza, la alegría?
Á.— Sin dudarlo acercando con clamores,
sentimientos quedando en reencuentro,
descubriendo el amor albergaría.