Carduelis
Es mi febrero el mes aquel que anhelo,
en mí tan fácil era ser ligera,
que sobre el suelo me extendía al vuelo.
Habiendo sido dadivosa aprisa
feliz anticipando a la armonía,
hundía así mis plumas a la brisa.
Aún la suerte convirtió mis giros
en más estricta y perspicaz mirada,
me cuesta más el vuelo y los suspiros.
Conozco los misterios de los días,
sus tretas ya me han sido reveladas,
de truhanes llevo las sonrisas mías…
En nieve negra sobre mí situada,
ahora veo cuervos que hacen líos,
tejiendo igual que vieja desganada.
En medio del fracaso y su sonido,
saltando por las flores y jardines,
la niña rompe el orden devenido.