Sobre tu cabeza
¿A quién culpar por nuestro fin tenemos?
palabras fuertes ni mirada exhausta,
saber perder, no estar contigo asusta,
la farsa infame ahoga al fin, restemos.
Y nadie habrá ni a quien culpar por esto,
hicimos todo en nuestra propia mano.
Y fuiste quien tiró la piedra en vano
rompió mi espalda amor, también el gesto.
Enmienda no hubo, ni juramos nada,
si no me mata, me hace más serena,
igual la flor perdiendo olor se drena,
palabra dura queda rota helada.
Ahora estamos alto encima y arriba,
nos hemos vuelto fuertes bajo el fuego,
seguir luchando el sueño en nuestro ruego,
que aún viviendo lejos no derriba.
¿A quién culpar por no triunfar llamamos?
ahora soy contigo en paz eterna,
y no recojas piezas, rotas quedan.
sobró el vacío y en nada más estamos
Respiro y veo, más se escapa el punto
de estar viviendo así ahogados, solo,
después de nada, no se pudo todo
Ahora somos, pero todo es mustio.