Os amo, bellezas de años, siglos. Por vuestro despreocupado revoloteo por la puerta, por el derecho a vivir, respirando la vida de las inflorescencias y echando sobre vuestros hombros la muerte de los animales…
¿Qué hago si no consigo estar saciada— de esta existencia tan embriagadora? ¿Qué hago si no consigo estar saciada— mi eternamente joven primavera! ¿Qué hago si no consigo estar saciada— desde la altura hasta lo más profundo! ¿Qué hago si no consigo estar saciada— tormento es el secreto en mi pasión!
¡De nuevo conocer lo que ha pasado— sentir asombro en corazón dispuesto! ¡De nuevo conocer lo que ha pasado— horrores, el dolor, seguir amando…! ¡De nuevo conocer lo que ha pasado— y todo lo que abrasa aún mi sangre! ¡De nuevo conocer lo que ha pasado— y lo que no, por fin tener conmigo!
¡Mis manos las extiendo tan hambrientas,— al Sol y las penumbras, voy de nuevo! ¡Mis manos las extiendo tan hambrientas,— hacer sonar las cuerdas de mi voz! ¡Mis manos las extiendo tan hambrientas,— y así por fin llegar al mundo entero! ¡Mis manos las extiendo tan hambrientas,— sentir de mí el abrazo amiga mía!
Una especie de ektenia pagana, algo así como una letanía dirigida hacia si misma o hacia otro, principalmente a una mujer. Hace muchos siglos el paganismo en el rus se asimiló en la iglesia ortodoxa de muchas formas diferentes, aún presente en nuestros días, expresado en costumbres o tradiciones.