Muñeca
Mucho se ha perdido hoy en la memoria,
pero una bagatela sigue viva, una bagatela:
una muñeca perdida sobre vías de hierro
atravesadas por una niña.
El sonido de locomotoras
llenaba con sus ecos el andén,
partiendo hacia la llanura…
Una lluvia cálida susurraba entre abedules,
pero nadie se dio cuenta de la lluvia.
Los escalones entonces
se fueron hacia el este,
se fueron en silencio,
sin luz y sin agua,
llenos de súbita crueldad,
amarga desgracia humana.
La niña gritó, rogó y salió
corriendo de las manos de su madre;
esta muñeca de repente
le pareció tan hermosa y deseable.
Pero nadie le dio juguetes,
y la multitud, apresuraba abordando,
pisoteó a la muñeca en el lodo que fluía
cerca de la locomotora.
La pequeña muerte no creerá,
y ella no entenderá la separación…
Así que al menos esta pequeña pérdida le llegó a la guerra.
No hay lugar para escapar de un pensamiento extraño:
esto no es un juguete,
ni una bagatela,
esto, tal vez,
es un fragmento de la infancia
en vías cruzadas de hierro.