Elegía por la niña callada
¡Oh! Si mis días fluyeran
paz y el olvido en el seno,
libre del ruido de gentes,
lejos de angustia y la vida.
Cuando gozando en mi mente,
juegos de niña pensaba,
mucha alegría creaba.
Nada buscaba ya entonces,
ni los placeres o gloria,
todo el planeta vacío,
siempre aburrida del mundo.
Mi alma inocente no adula,
cambios buscando ya nada,
ni sentimientos de astucia.
Sangre tan triste me brota
lánguida sufre por nada,
simple pasión inmadura
niña doliente y poeta.