25 de septiembre de 2021
Así mis nieblas pálidas pulsantes
en el abismo de la muerte aciaga,
de nuevo están heladas en la llaga.
Los siglos que pasando, son gigantes;
Me llaman años, me hacen señas, gestos,
si cantan, luego cantaré con ellos
y llena de ternura, vida y sellos,
tendré temor de ver atrás los restos.
Al Ser terrestre suena, no se engañe
con mis escritos de lo que preciso.
Me voy al linde superior, la Vida.
Y me olvidé de gentes, compromiso;
tampoco recordé amar, —no extrañe;
para que no recuerde mi partida.