Elegía por la niña callada II
¡Oh! Si mis días fluyeran
paz y el olvido en la mente,
libre del ruido de gente,
lejos de angustia ya fueran.
Cuando gozando en mi esencia,
juegos de niña pensaba,
mucha alegría creaba,
nada buscaba en conciencia…
Ni los placeres o gloria,
todo el planeta vacío,
siempre aburría el gentío.
Mi alma inocente de escoria…
Cambios buscando ya nada,
ni sentimiento de idiota,
sangre tan triste me brota,
lánguida sufre amustiada.
Simple pasión inmadura
niña doliente y poeta,
niña silente en su grieta,
niña ya crece y perdura.